Test Peugeot 208 Feline A/T: Juega de local

Test Peugeot 208 Feline A/T: Juega de local

Ahora fabricado en la Argentina, hace su debut la nueva generación del  exitoso modelo de la marca francesa. Suma tecnología, pero no hay muchas novedades en la motorización.

Por Roberto Nemec

Los renovados Peugeot 208 ya están saliendo de la planta de El Palomar. Esta segunda generación del compacto del león reemplaza en nuestro mercado a los de origen brasileño (aunque los motores vienen de aquel país).

Una de las grandes novedades del pequeño hatchback es que estrena la plataforma CMP. Se caracteriza por su estética seductora y una completa dotación de seguridad.

Su mecánica es la misma desde la aparición del modelo en 2012. La unidad que probamos, es la de tope de línea Feline automático.

El estilo del recién llegado es muy moderno, pero bastante sobrio a la vez, lo que hace a su elegancia casi singular en esta época en que las carrocerías amontonan detalles tras detalles.

En esta versión Feline, el interior es acogedor, aunque algunos detalles atentan contra la habitabilidad, pese a que en la nueva generación el largo total ha crecido en ocho centímetros, como también la distancia entre ejes.

Da muy buena impresión el tapizado que combina el cuero (sintético) con alcántara y tela.

Las butacas delanteras ofrecen buena sujeción lateral, con marcados pétalos.

La posición de manejo es correcta, con múltiples reglajes en la butaca y el volante.

El tablero de instrumentos, fiel a la nueva filosofía de la marca, está por encima de aquel. Esto ayuda a no desviar tanto la vista del horizonte cuando se mira la información del tablero.

A propósito de los instrumentos, la pantalla es completamente digital, con tecnología 3D y opciones para cambiar su aspecto, incluso tornándola a mostrar instrumentos de cuadrantes tradicionales.

Atrás, el acceso se torna difícil por la pequeña dimensión de las puertas y si bien el espacio para las piernas y en altura para las cabezas es suficiente, no sucede lo mismo con la amplitud a lo ancho, penada por el falso túnel de la transmisión.

El respaldo de los asientos es enterizo y rebatible. Con sus 311 litros, la capacidad del baúl es la esperable en un hatchback.

Como sucede cada vez más frecuentemente en el segmento, la rueda de auxilio es, lamentablemente, de uso temporal.

El impulsor del nuevo 208, no es nuevo. Es el mismo EC5 de la generación anterior y por lo tanto algo desactualizado, especialmente en lo que hace al consumo si se lo compara con los modernos turbo de baja cilindrada.

Se trata del conocido 1.6 de cuatro cilindros en línea que eroga 115 Cv a 5.800 rpm. Básicamente su arquitectura es de doble árbol de levas a la cabeza, con 16 válvulas comandadas por correa dentada. La admisión es variable y la inyección es electrónica multipunto. Su par motor es de 15,4 Kgm a 4.000 vueltas.

La caja automática convencional es de 6 marchas y presenta mejoras con respecto a la de su predecesor, pero así y todo resulta algo lenta; no dispone de levas selectoras tras el volante.

La velocidad máxima que logramos fue de 182,7 Km/h en Drive (en modo sport, los otros son el normal y el económico) y acelera de 0 a 100 Km/h en 11,9 segundos.

En lo que hace a su elasticidad, registramos 8,2 segundos para pasar de 80 a 120 Km/hora.

En cuanto al consumo, es de 8,7 Km/litro en el circuito urbano y de 14,9 y 11,7 Km/litros respectivamente a 90 y 130 Km/h.

Los frenos (discos ventilados adelante, tambores atrás) lo detienen, de 100 a 0 Km/hora, en 42,7 metros. Dicha maniobra la hace manteniéndose bien recto.

La construcción más moderna de estos 208 hace que se lo sienta (y realmente lo es) más apto ante pozos, baches, cunetas y en calles empedradas o caminos desparejos, ya que se han empleado en ellos tecnologías más avanzadas para lograr una mayor rigidez torsional.

Eso se comprueba en el confort de marcha en el tránsito urbano y en la seguridad que ofrece en ruta, con una dirección eléctrica excelente, que se endurece notablemente en virajes cerrados. Las suspensiones le dan un andar que tiende a lo mullido: adelante McPherson atrás de brazos arrastrados con eje de torsión.

En equipamiento de confort, sobresalen: climatizador automático, control de velocidad de crucero, limitador de velocidad, acceso y arranque sin llave, cuatro levanta vidrios de un toque, sensor de estacionamiento trasero y cámara trasera de visión de 180 grados.

También resaltamos: pantalla multifunción de siete pulgadas, audio con radio AM/FM, Bluetooth, Auto Streaming, Android Auto y Apple Car Play, entrada USB y cargador inalámbrico para smartphones.

En seguridad la dotación es sumamente completa, comenzando por los denominados ADAS, que son las avanzadas asistencias al manejo: ayuda de permanencia en carril, alerta de colisión con freno de emergencia entre 5 y 85 Km/hora, reconocimiento de señales de tránsito, alerta por cansancio del conductor.

Y como es de esperarse, además cuenta con controles de estabilidad y tracción seis airbags, alarma perimetral, cinco cinturones inerciales de tres puntos, cinco apoyacabezas, cierre centralizado en velocidad y luces principales full led (por esto último la marca menciona que trae luces para niebla, ya que aquellas cumplen esa función).

El precio de este Feline A/T es de 1.995.100 pesos, y en la versión de entrada a la gama (la 208 Like 1.2L), de 1.322.400 pesos. La garantía es de tres años o cien mil kilómetros.

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