El festival más loco del mundo

El festival más loco del mundo

Denominado Burning Man, este festival lleva más de 30 años realizándose en el desierto de Black Rock, en Nevada, Estados Unidos.
Por Roberto Nemec
El eje central del encuentro es la quema de un gran muñeco de madera. Así empezó esta curiosa celebración en 1986 en la playa de San Francisco. Cuando el evento empezó a crecer en número de asistentes se trasladó al desierto de Nevada, dando lugar al festival, sin ningún tipo de infraestructura.

Con la asistencia de unas 70.000 personas en la actualidad, esta reunión hippy y alternativa, en la que músicos y artistas de todo tipo mostraban sus creaciones, cobró cada vez más importancia y entre esos creadores también había “tuneadores” de vehículos realmente espectaculares, entre lo surrealista y la ciencia-ficción.
Poco a poco la repercusión del Burning Man hizo que se fuera convirtiendo en paraíso de millonarios y desocupados que quieren darse una “ducha” de modernidad, hasta que la llegada de las redes sociales convirtió al festival en un culto de instragramers e influencers.
Pero en realidad se trata de una verdadera concentración de artistas que en muchos casos construyen impresionantes y efímeras obras de arte en mitad del desierto, entre las que se incluyen los sorprendentes Vehículos Mutantes que llegan hasta el inmenso campamento de Black Rock.

Como escenario perfecto para la película Mad Max, los Vehículos Mutantes son parte integral de la cultura y la comunidad de Burning Man y tienen un estricto reglamento que define lo que es o no es un Vehículo Mutante. Incluso tienen una regulación sobre el volumen de sonido y las horas a las que pueden emitir su música estos Vehículos Mutantes, ya que muchos de ellos incorporan DJ’s o composiciones electrónicas especialmente creadas para la performance de su presentación.

No solo impresiona el trabajo y la espectacularidad de algunos de estos automóviles, que todos los años forman parte de un imponente desfile por mitad del desierto, también los cuidados estilismos de los que van a bordo de estas mutaciones móviles. Un mundo entre la locura y un futuro apocalíptico que este año estuvo formado por casi 800 de esos vehículos indescriptibles.

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