Templos de silencio

Templos de silencio

Renault Group dispone de múltiples infraestructuras de pruebas y de ingeniería en Francia, España y en el resto del mundo. 

En Aubevoye, departamento de Eure en Francia, encierra un tesoro oculto: sus cámaras anecoicas. Aislados de cualquier onda sonora o electromagnética, los prototipos de los futuros vehículos de la marca se someten a pruebas durante horas en estas salas misteriosas donde también se desarrollan, en el más absoluto secreto, los sonidos y las funciones conectadas del futuro. 

Las barreras del sonido

Las paredes y el techo de la primera sala están cubiertos por paneles de espuma de los que surgen prismas horizontales y verticales. Estas protuberancias absorben las ondas sonoras y electromagnéticas reproduciendo las condiciones de un campo libre, donde no hay eco. Por ello la sala se llama “anecoica”. Acá, la palabra “silencio” cobra un nuevo sentido. No se oye realmente nada y la ausencia de sonido llega a ser agobiante. Si nos movemos, el menor ruido como el roce de una tela o una respiración, se percibe de una manera sorprendente en ausencia de cualquier sonido parásito. Por el contrario, si se chocan las palmas solo se escucha un sonido apagado, débil, ya que las paredes no devuelven eco alguno. 

En el centro de la estancia y rodeado de un centenar de micrófonos de alta calidad, un ejemplar de Nuevo Megane E-TECH 100% eléctrico acapara la atención de los técnicos de pruebas. Se mide el aislamiento del coche con respecto a los ruidos que generan el motor, los neumáticos o cualquier elemento del entorno. 

Las distintas cámaras anecoicas y los laboratorios de análisis repartidos por el laberíntico Centro Técnico de Aubevoye acogen un total acumulado de más de mil sesiones de prueba cada año. Durante largos meses antes de que se revelen, y antes incluso de que tengan un nombre, los futuros vehículos Renault pasan días enteros en estas salas sordas y ciegas, rodeadas de frecuencias invisibles. En las cámaras anecoicas no se ve nada, no se escucha nada, pero hay mucho en juego en estos poco conocidos tesoros de la tecnología ondulatoria.

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