Los fabricantes históricos están reduciendo sus ambiciones en cuanto a ventas de coches eléctricos en medio de una disminución evidente de la demanda.
Por Roberto Nemec
La dura competencia de Tesla y de las marcas chinas, así como de un interés renovado por los coches con motores de gasolina, sean electrificados o no, han hecho mella en las ventas de eléctricos de Ford.
“En general, el viaje hacia el vehículo eléctrico ha sido humillante, pero nos ha obligado a estar aún más en forma como empresa, incluso aplicándolo a nuestro negocio [tradicional de motores de gasolina], y eso dará sus frutos a largo plazo”, reconoció Jim Farley, CEO de Ford. “La reconstrucción de Ford no está exenta de dificultades”.
La marca está volviendo a dar prioridad a los coches gasolina e híbridos. Ha pasado de una previsión de vender 150.000 unidades del F-150 Lightning eléctrico a finales de 2023 a vender tan sólo 24.000 unidades el año pasado. En cambio, vendió cerca de 750.000 unidades del pick-up de la serie F gasolina.
En ese sentido, a principios de este mes, Ford cambió los planes para una planta de ensamblaje canadiense que debía fabricar un modelo eléctrico de siete plazas, en su lugar produciría el Ford F-150 de gasolina.
El desinterés de la clientela por los modelos eléctricos al otro lado del Atlántico tiene las mismas causas que a este lado, el precio. Si bien en Europa la diferencia de precio entre un modelo gasolina y un modelo eléctrico equivalente, aunque con prestaciones inferiores, es de unos 10.000 euros, la diferencia en el caso de Ford es superior en EE.UU.
Estamos hablando de unos 20.000 dólares más por la versión eléctrica del F-150 con respecto al equivalente de gasolina. Frente a semejante cantidad, las ayudas federales de 7.500 dólares a las que se puede acoger el Lightning no tienen efecto.
La solución para Ford pasa por desarrollar y fabricar coches eléctricos más baratos. Y como el elemento más caro de un eléctrico es su batería, esta debe ser más pequeña y por tanto deberá ir en un coche más pequeño.
Ford ofrecerá vehículos eléctricos “muy diferenciados” por menos de 40.000 dólares “o incluso por debajo de 30.000 dólares”, explicó Farley. Actualmente, prácticamente no hay en EE.UU. coches eléctricos por debajo de ese umbral de precio.
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