Después de más de 28 años de dedicación, Ferrigno alcanzó un estilo personal e inconfundible. Es valorado en todo el mundo.
Por Roberto Nemec
Juan Carlos Ferrigno nació en Buenos Aires el 25 de mayo de 1960. Cursó estudios orientados hacia el diseño gráfico y la ilustración. Inició su carrera profesional en 1978 y trabajó durante los ocho años siguientes en uno de los más prestigiosos estudios del país. Participó en varios proyectos de envergadura como la promoción gráfica de varias ediciones del GP de Argentina de Motociclismo. También intervino en el diseño y realización de diversos stands para el Museo de Automovilismo “Juan Manuel Fangio”. En esa época decidió ingresar en la Escuela de Bellas Artes con el claro objetivo de perfeccionarse en el campo de la pintura.
En 1988 terminó sus estudios y se trasladó a España. Se afincó definitivamente en Barcelona, donde continuó su trayectoria profesional como ilustrador y pintor. Desde 1994 empezó a dedicarse por completo a la pintura del motor. Organizó sus propias exposiciones y dejó atrás su etapa como ilustrador.
A partir de ganar el 1° Premio del Concurso de Pintura Motoring Art Exhibition, organizado por una prestigiosa empresa británica dedicada a la promoción de artistas en el campo del motor, que su trayectoria tomó definitivamente una proyección internacional.
A partir de 1997 empezó a trabajar con Planners Internacional Events (P.I.E.) y bajo su management, comenzó una extensa producción de litografías de su obra, principalmente focalizada en la temática de la Fórmula 1.
También organizó exposiciones de sus pinturas en el ámbito europeo, principalmente en Londres y Mónaco. En 1998 y 1999 fue invitado por el Paddock Club de la F-1 y dio a conocer sus trabajos en ls GP de Italia, Alemania, Bélgica, Austria e Inglaterra, entre otros.
Después de más de 28 años de dedicación, Ferrigno alcanzó un estilo personal e inconfundible, valorado tanto por los entendidos en pintura, como por los más aficionados y amantes del mundo del automóvil en su más amplio espectro, que seguro han visto en él, lo más importante que puede expresar un pintor: amor por lo que pinta.
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