A lo largo de estos años, la empresa de neumáticos acompañó la evolución del parque automotor argentino con desarrollo e ingeniería local.
Por Roberto Nemec
Este año, Firestone celebra 125 años desde su fundación a nivel global, un recorrido que marcó hitos en la historia de la movilidad y consolidó a la marca como un referente internacional en innovación y desarrollo industrial.
En ese camino de expansión, Argentina ocupó un lugar central: fue uno de los primeros mercados fuera de los Estados Unidos en los que Firestone confió para llevar adelante su visión. Desde su llegada al país en 1915 -hace ya 110 años- la marca estableció un vínculo que se fortaleció generación tras generación, acompañando la evolución del parque automotor y del entramado productivo nacional.
Los orígenes de una visión que cambió la movilidad
Detrás de los aniversarios que la compañía celebra, hay un origen marcado por la determinación de su fundador, Harvey S. Firestone, quien buscó transformar la movilidad en un momento en que el automóvil recién comenzaba a expandirse. Convencido de que el futuro dependía de neumáticos más accesibles y confiables, forjó una alianza decisiva con Henry Ford, aportando la ingeniería que acompañó la producción en serie y potenció el crecimiento de ambas compañías.
Firestone también compartió una relación cercana con Thomas Edison, con quien coincidía en una idea simple y poderosa: la tecnología debía mejorar la vida cotidiana. Ese espíritu innovador fue el motor de la expansión internacional de la marca y el punto de partida del camino que la llevaría, poco después, a instalarse en Argentina.
Más de un siglo de innovación
En el plano local, desde sus primeros pasos en Buenos Aires hasta la apertura de la planta de Llavallol en 1931, Firestone acompañó la expansión del parque automotor argentino y se convirtió en un actor industrial clave. Aquella fábrica, que comenzó produciendo apenas 600 neumáticos por día, fue el punto de partida de una historia marcada por la innovación. Durante las décadas siguientes, Firestone introdujo tecnologías clave, como los neumáticos sin cámara en 1951, los agrícolas en 1953 y los primeros neumáticos radiales con cinturón de acero en 1981, marcando un antes y un después en la producción nacional.
La integración con Bridgestone en 1988 representó el inicio de un nuevo capítulo y etapa de inversión y modernización. Desde entonces, la planta de Llavallol se consolidó como un polo estratégico, y en 2012 alcanzó un hito histórico al producir su neumático número 100 millones. Gracias a esa transformación, la compañía se consolidó como líder nacional en Equipo Original para pickups, siendo la única que fabrica los tres tipos de neumáticos para este segmento. Esta categoría, clave para el interior del país, representa uno de los motores del crecimiento del sector automotor argentino y un espacio donde la marca combina innovación, robustez y confiabilidad.
Hoy, Firestone continúa evolucionando. Desde su Centro Técnico y de Entrenamiento, la compañía impulsa la formación continua de su Red de Centros de Servicios a nivel federal, fortaleciendo la atención, el mantenimiento y la disponibilidad de productos a lo largo de cada ruta argentina. Esto acompañado con una edición especial del Atlas de Rutas Firestone para conmemorar el centenario local. A la vez, la marca sostiene su vínculo con el automovilismo, con presencia en competencias nacionales y como proveedor oficial de neumáticos de la IndyCar Series. Reafirmando el vínculo entre la innovación tecnológica y el espíritu deportivo que caracteriza a la marca.
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